lunes, 8 de octubre de 2007

"LO MÁS COBARDE ES CULPAR AL DESTINO"


El cantautor español vino para promocionar “Sueños de un hombre despierto”, un álbum en el que personajes de la mitología griega le doblan la mano a su trágica naturaleza. Además, habla sobre “El hombre que corría tras el viento”, una película basada en uno de sus cuentos que él mismo protagoniza. En mayo del 2008 el músico se reencontrará con el público chileno.

Por Gabriela García / La Nación Domingo
Domingo 7 de octubre de 2007

Tiene mirada de lluvia, dulce, frenética y efímera. Su silueta alcanza el metro ochenta y sus ojos marrones arden tímidos en una pulcra sala del Radisson de Vitacura, hotel donde Ismael Serrano (33) encalló esta semana para promocionar su séptimo disco en Chile: "Sueños de un hombre despierto" (Universal, 2007).
Son las cuatro de la tarde y el olor a lustra muebles golpea las fosas nasales. Cargado de jeans y zapatillas oscuras, el trovador nacido el 9 marzo de 1974 en Vallekas: un barrio de calles de tierra que queda al sur de Madrid, es escoltado por su delgada mujer y manager (Alicia) quien luego de arreglarle cariñosamente el cuello a su chaqueta de cuero, se pierde tras las puertas del ascensor. La grabadora descansa encendida sobre la larga mesa de madera. La mujer del sello señala su reloj con insistencia y a unos metros del hotel, Lucía Hiriart acusa una descompensación en el Hospital Militar tras recibir una orden de detención que la involucra a ella, a sus hijos y al círculo más íntimo del dictador Pinochet, en un desfalco de fondos públicos que superaría los cuatro mil millones de pesos. El trovador español que le escribe canciones al paso del tiempo, a la memoria, a las prostitutas, a los sueños rotos, a los emigrantes, a las madres que lloran a sus hijos desaparecidos y a los amores que duermen bajo la almohada, sonríe al saber de la noticia. "Parece que voy a tener que venir más seguido porque siempre que lo hago pasa algo. Que la justicia caiga con todo su peso sobre esa gente", dice abriendo los ojos.

PINOCHE
Serrano era una de las cartas confirmadas para el multitudinario concierto que conmemoraría los 40 años de la muerte del "Che" Guevara, el pasado viernes en el Velódromo del Estadio Nacional. Pero luego de los disturbios del 11, no hubo aseguradora que pagase el costo de una cita declarada de "alto riesgo". "Es lamentable porque la primera vez que vine a Santiago fue precisamente hace una década, para la celebración de sus 30 años y fue un concierto muy emocionante", recuerda mientras da un sorbo a su vaso de agua mineral.

Sobre la figura del guerrillero que hoy se vende como estampado en poleras o llaveros, profundiza: "En este modelo de sociedad que estamos construyendo (de usar y tirar) todo se ha convertido en objeto de consumo. Y la figura del "Che" Guevara tampoco se la librado de eso. Sin embargo, esto no le resta valor a lo que representa su efigie y sus ideales. Sobre todo en lo que respecta a la mirada internacional que tenía, a la voluntad de trasformar la realidad, al sacrificio que finalmente nos tiene que concernir a todos, pero que no somos todavía capaces de asumir de forma tan clara y tan rotunda como él".

La declaración de principios del autor de "Papá cuéntame otra vez", contrastaría con lo ocurrido un día después, en el que a la familia Pinochet se le otorgó la libertad. Digno de mitología griega, otra vez el país se enfrenta a sus heridas más dolorosas, se divide y la justicia retrasa el reloj.

Tragedia o no, en el álbum de Ismael Serrano, personajes como Sísifo (hombre condenado a cargar una piedra hasta la cima de un cerro para verla rodar) y Casandra (sacerdotisa que prevé los desastres pero no es escuchada) encuentran redención. "La esperanza es el sueño de los que sueñan despiertos", dijo Aristóteles y de esa frase se aferra el autor de "Vine del Norte", para cargar su arma poética.

"La excusa más cobarde es culpar al destino. Lo que diferencia a los seres humanos de estos personajes es la voluntad para romper con los finales tristes y sí nos cuesta es porque vivimos en conflicto con nuestra propia naturaleza, porque vivimos desincronizados unos con otros, aislados en una burbuja, y eso hace que perdamos la esencia de animales sociales que nos define. Vivimos en una espiral frenética que no nos deja reparar en los detalles, que no nos deja reflexionar y mirar más allá del horizonte. Pero lo que yo hago a través de este álbum es reivindicar la fe en el ser humano, porque inevitablemente siempre queda la esperanza: no como ese espejismo lejano que uno mira embelesado, sino como certeza de que lo mejor está por venir. Y que aunque la realidad es dura siempre queda la invitación de que hay que redirigir el rumbo del planeta", explica.

A PRIMERA VISTA
Daniel trabaja en una compañía de seguros y se ha enamorado perdidamente de una mujer que pasa todos los días bajo su ventana. El temor al fracaso le impiden ir tras ella y el calendario se deshoja en la espera. Así comienza la historia de "La dulce Carola", tema recitado por el propio Serrano en su álbum "Principio de incertidumbre". Fue así como el cuento llegó a los oídos de un director argentino que invitó al artista a llevarlo hasta la pantalla grande. La película "se llama El hombre que corría tras el viento y nació después de un concierto en Buenos Aires, cuando se acercó un director novel que se llama Juan Pablo Martínez y me contó que quería que su primer largo de ficción fuera con un guión mío. Empezamos a trabajar a partir de esa historia. Y una buena mañana me vi protagonizándola. Lo he pasado tan fenomenal que ya estoy pensando cómo convencer al director para hacer una nueva película", comenta entusiasmado.
"Las aves migratorias siempre encuentran el camino de regreso", reza la canción "Zamba del emigrante". En ella Serrano canta a dúo con Mercedes Sosa. La mujer del sello espera impaciente y el trovador se pierde en los espejos del hotel. Ahora queda la promesa de encontrarlo pronto sobre el escenario, en mayo del 2008. Mientras, sólo podemos soñarlo despierto.

EN ACCIÓN
En www.elhombrequecorriatraselviento.com, encontrarás imágenes de la película que escribió y protagonizó Ismael Serrano

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