miércoles, 26 de septiembre de 2007

ESPEJOS ROTOS



"Me voy". La frase la hace tiritar. Sus pupilas se dilatan, la piel transpira silenciosa ante el chillido sordo de su chaqueta de cuero.
Después, el golpe en la puerta. El sonido metálico del ascensor y el eco del abandono devorando sus vértebras. El filo del cuchillo, los ojos varados en la nada, la inútil añoranza de que se arrepienta. Las ganas de llorar.
Pero la flecha amarilla del elevador se apaga y sus pasos se pierden en el Mapocho. Entonces la noche asoma su boca de lobo y ella siente ganas de matar, de acribillar el ruido de la cuidad y buscar respuestas en el culo de la botella. Ficcionar tragedias, meterse en la piel de Macbeth, quemar la noche y asesinar la cadena de adioses que tatuados en su piel, bullen hasta convertirse en un volcán, en la Muralla China, en el Océano Pacífico que se le aparece en sueños.
"Agonizo entre mis trofeos de peluche" se dice. En su cabeza llueven espejos rotos, humo y jazz. Su cuerpo ahora es anémico, sombrío, tieso. La mueca de la tristeza vuelve a aparecer. Mira por la ventana y se imagina como una mendiga abrazada a una muñeca.
"Eres realmente cansadora", se escucha detrás del cristal y su cuerpo cae derrotado sobre la alfombra. Otra vez los ojos varados en la nada. Otra vez dando aletazos en alta mar. Como Alfonsina Storni. No le alcanza. Como una broma solitaria, un ángel bastardo que sucumbió al chillido sordo de su chaqueta de cuero.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Niño Josele: Cuerda para rato



Gitano y guitarrista de músicos como Diego El Cigala y Andrés Calamaro, Juan José Heredia es un monstruo del flamenco actual. Desde Buenos Aires, el artista habla de “Paz”, su álbum tributo a Bill Evans, de la vez que acompañó a Lenny Kravitz en el escenario y de cómo sedujo a Alicia Keys con sus acordes.

Por Gabriela García / La Nación Domingo

Son las seis de la mañana en Almería y una hilera de niños con legañas en los ojos espera la llegada de los pescadores. La bolsa que llevan en la mano es la credencial para conseguir el almuerzo que saldrá de los barcos. Uno de los chicos somnolientos es el guitarrista de flamenco Juan José Heredia. A quien músicos como Diego El Cigala, Paco de Lucía, Andrés Calamaro, Elton John y Lenny Kravitz llamarán más tarde el "Niño Josele".

El monstruo de las seis cuerdas nacido en España en 1974 visitará Chile el 4 de septiembre. Y lo hará con "Paz" bajo el brazo, un disco que traduce a la guitarra gitana, los estándares de jazz del maestro del piano Bill Evans. Quien lo introdujo a esas lides fue el músico cubano Bebo Valdés, durante las grabaciones del sublime proyecto "Lágrimas negras". "La verdad es que la experiencia fue tremenda. Ya era un desafío sacarlo del piano y llevarlo a la guitarra, imagina lo que era grabarlo con el contrabajista de Bill Evans, que lo acompañó hasta sus últimos días. Pero vamos, la música fluye sola y los músicos me dijeron que estuviera tranquilo, que Evans, donde estuviera, estaría muy orgulloso y contento con el trabajo", expresa entusiasmado desde la suite de un hotel céntrico de Buenos Aires.

Sobre su concierto, Josele agrega: "La verdad es que nunca he estado en Chile y me muero de ganas de tocar y conocer qué cosas suenan allá. Quiero hacer un concierto donde se presente el jazz y sobre todo el flamenco, que es de donde vengo. Y lo haré acompañado a la manera de Bill Evans, con un trío: una contrabajista y compositora muy talentosa llamada Esperanza Spalding y el veterano y maestro de la batería Horacio el Negro Hernández".

Primo de Tomatito otro grande de la guitarra flamenca , Niño Josele lleva el instrumento en la sangre. Su padre y su abuelo le heredaron el que confiesa "el mayor de sus vicios" y ya a los ocho años se encerraba en su pieza a estudiarlo para salir a ganar monedas en los tablaos. "Salimos de milagro, decía mi abuelo", recuerda Josele del viejo que le enseñó que hay que darle a las cuerdas hasta que suenen como campanas.


-Has participado en dos grandes discos de Andrés Calamaro, "El cantante" y "Tinta roja". ¿Qué puedes contar del salmón argentino?

-Andrés es como yo, muy nervioso. Sobre todo musicalmente. Y tenemos una amistad que se gestó cuando él me vino a ver a un concierto junto a Jerry González. Fue muy bonito porque yo admiraba su arte y él era fan del mío. De pequeño hemos bailado mucho con Los Rodríguez, ¿sabes?, en el barrio de Pescadería, y bueno, congeniamos enseguida. Él me hizo aficionado al mate y al tango argentino y yo al cante flamenco.

-¿Y qué dices de tu encuentro con Alicia Keys hace unos años?

-Ah (suspira). Es encantadora. Me acuerdo que cuando la conocí, estábamos en una fiesta privada donde había mucha gente, en Madrid. Ella presentaba su disco y como quería escuchar flamenco, fui invitado. Esa noche tenía un sombrero muy ancho que le tapaba toda la cara y que la hacía muy misteriosa. Yo estaba en mi aire y de repente me llama un compañero que estaba sentado al lado de ella para que le tocara la guitarra. Y bueno, la cojo, y empiezo a sacar dos o tres notas. De repente, ella se quita la pamela y me mira. Nos comenzamos a mirar y a reír tanto que yo ya hasta hablaba inglés, fíjate. Me enamoré y yo creo que ella también. Pero cojones, es la suerte que te da la guitarra (se ríe).

-¿Fue tan mágico como cuando Elton John te regaló su sombrero en el escenario?

-Eso fue con 16 años. Por suerte no he crecido, vamos, porque sigo siendo un niño. El flamenco no tiene edad y a mí me gusta reírme mucho. Con Elton John fue una experiencia bonita también porque fue la primera vez que subí a un escenario donde había infinitas personas. Yo estaba con pánico escénico. Y como en ese tiempo sí que no hablaba nada de inglés, él no hacía nada más que mirarme y reírse. "Este niño es muy simpático", decía.

-¿Qué recuerdos tienes de Lenny Kravitz?

-Es un tío con mucha energía en el escenario, ama mucho la música y sobre todo la guitarra. No recuerdo qué cosa toqué cuando lo acompañé en uno de sus conciertos en Madrid, porque fue una improvisación. Lo que sí sé es que estaba entremedio de 50 mil personas que gritaban "¡otra, otra!" y él me iba diciendo en el mismo momento: "Estos son los acordes, tío". Pese a todo nos fue tan bien, que llegado un momento mandó a toda la banda para adentro. Yo me acojoné y terminé tocando sólo con él en el escenario.

-¿Con cuál de todos estos monstruos será tu próximo proyecto?

Con Lenny quedó algo pendiente, pero no hemos vuelto a coincidir. Por ahora, sé que voy a girar por el mundo con "Paz" y que luego me voy de gira nuevamente con Paco de Lucía. Mi próximo disco será de flamenco porque me tira la raíz, pero también quiero hacer algo en paralelo. Seguir ahondando en el jazz y en la música que me salga de los cojones y del corazón.

¿Qué otros vicios aparte de la música tienes?

Me considero muy mujeriego. No hay nada como un lugar tranquilo donde puedas escuchar música, masticarla y coger bien. LCD