lunes, 30 de julio de 2007

Golpes de vos...


“Yo no sabía que no tenerte,
Podía ser dulce como nombrarte
para que vengas
aunque no vengas
Y no haya sino tu ausencia
Tan dura como el golpe que me di en la cara pensando en vos”


Juan Gelman

martes, 24 de julio de 2007

PARA LOS TRAFICANTES DE POESÍA...



Darío Grandinetti vendrá a Chile para presentar película sobre Eugenio Berríos

CAÍDO DEL CATRE

“Matar a todos” se llama el film en el que el actor argentino comparte pantalla con César Arredondo y María Izquierdo. La cinta trata sobre el ex agente de la DINA y será estrenada en el Festival Internacional de Santiago. Acá, el protagonista de “Hable con ella”, habla de mujeres que se caen de la cama, de Subiela, Almodóvar y Fito Páez.

Gabriela García

“Dicen que por las noches, no más se le iba en puro llorar/ Dicen que no comía, no más se le iba en puro tomar…” La canción “Cucurrucucú Paloma” interpretada por Caetano Veloso en una de las escenas del film “Hable con ella” de Pedro Almodóvar, dio vuelta al mundo. En ella, Marcos: un periodista que permanece insomne a los pies de la cama de una torera en estado vegetativo, rompe en llanto.
El personaje es encarnado por Darío Grandinetti, actor argentino que el 15 de agosto próximo vendrá a nuestro país para presentar la cinta “Matar a todos”, en el marco del Festival Internacional de Santiago, Sanfic. El thriller político que mezcla ficción y realidad, está dirigido por uruguayo Esteban Schroeder y se basa en el caso no resuelto del ex agente y químico de la DINA Eugenio Berríos, cuyo cuerpo fue encontrado en los 90 en un balneario uruguayo, putrefacto y con dos balazos en el cráneo, supuestamente a manos de la inteligencia militar chilena y uruguaya como parte de la Operación Cóndor.
“Estoy muy contento de tener la posibilidad de ver la película en Chile. Ahí hago a un ex militante argentino de la época de la dictadura, que ahora está dedicado a otra cosa y que se reencuentra con la protagonista, una mujer que fue su novia y que ahora es una abogada que intenta dilucidar el caso de Parque del Plata”, dice Grandinetti desde Buenos Aires.

CINE DE GUERRILLA

El actor nació el 5 de marzo de 1959 en Rosario y es uno de los rostros más cotizados de Hispanoamérica. Con una cuarentena de películas filmadas bajo el brazo, pasa la mitad del tiempo en España y en Argentina. Es común verlo en festivales de cine independiente. “Cada vez que puedo me arranco, porque me gusta decir que el cine latinoamericano es un cine de guerrilla. Un foco de resistencia muy importante frente a los tanques norteamericanos”, afirma.
No es la primera vez que Grandinetti visita Chile. Mientras conversa con LCD, su mano juega con una caracola que compró en Isla Negra, cuando vino a conocer a Antonio Skármeta, al que le compró los derechos de su obra “El Cartero”, para hacer la versión teatral de “Ardiente Paciencia” el año 2000. En esa ocasión Grandinetti interpretó nada menos que a Pablo Neruda. “Fue fantástico, porque tuve la posibilidad de conocer las casas que el poeta tuvo en Isla Negra y Valparaíso. Un sueño las dos. Así que ahora espero conocer ‘La Chascona’”, expresa entusiasmado.
Corren los años 60. El polvo de la pichanga de barrio embetuna las zapatillas de Grandinetti, en ese entonces un niño de 12 años. En su casa, los tangos de Gardel hacen emocionar a su padre, un hombre que temporalmente se desempeña como locutor de radio. “Yo soy del principado socialista de Rosario y vivía en un barrio de calles de tierra, mucho fútbol y familia. Recuerdo que incluso pensé en dedicarme a la pelota. Pero se me cruzó el teatro y me abrió un mundo fascinante. Descubrí un montón de cosas, entre ellas a mí mismo”, confiesa.
En los 80, debutó en televisión y prontamente en el cine. En los 90, el personaje que recitaba poesía en los bares en busca de “la que vuela”, en “El lado oscuro del corazón” de Eliseo Subiela, se convirtió en un clásico de culto.

CORRE POR TU VIDA
Noviembre de 1992 en el balneario Parque del Plata de Uruguay. Es domingo y Eugenio Berríos, el mismo tipo que fabricó armas químicas ante la eventualidad de un conflicto armado con Argentina y que tendrían relación con el asesinato del ex Presidente Eduardo Frei Montalva, teme por su vida en una fría sala de comisaría. Sudando, le dice a la policía que corre peligro. Dos años y medio después, el presagio se haría realidad. Grandinetti vuelve a la historia de “Matar a todos” y comenta: “Fue una experiencia interesante y creo que el cine tiene que ocuparse de estas cosas. No es casual que el proyecto haya sido calificado de interés nacional para el gobierno uruguayo y que mientras la rodábamos, los tribunales hayan cerrado el caso”.
-¿Te consideras un animal político?
-Las dictaduras son una mierda. ¿Qué opinión puedo tener? La nuestra fue muy cruel y sangrienta y seguimos sufriendo las consecuencias. Los dolores que seguimos sintiendo tanto en Chile como en Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil son causados por esta planificación cautelosa y meticulosa que hicieron los milicos. Con los 30.000 que desaparecieron vivos, la Argentina no sería lo que es. Sería mucho mejor país. Y creo que lo mismo les pasa a ustedes.
-¿Cómo humanizar a un hombre como Berríos?
-Es raro, porque sería como los Robocop de ahora (risas). Como los Terminator. Únicamente imaginando que es un ser al que le han lavado el cerebro y le han metido un chip, porque sino no entra en la cabeza de una persona más o menos “normal”, que alguien vaya y diga: “Mire General, los voy a matar a todos”.
-España te dio la doble nacionalidad. ¿Sigues en contacto con Pedro Almodóvar?
-De vez en cuando. Si bien no tenemos una relación amistosa de vernos cada vez, hay cariño. Es un director muy talentoso y divertido. Y trabajar con él fue una gran bisagra para mi carrera. Los mismos directores me escuchan más, después de eso.
-Este año se estrena “¿De quién es el portaligas?”, película de Fito Páez en la que participas. ¿Es tan buen director como músico?
-No sé si tan bueno, pero hace muy bien su trabajo. El flaco es un amigo y como somos de la misma ciudad, hay ciertos códigos que aparecen solos. Fue una experiencia feliz volver con él para rodar en nuestra ciudad natal.
-Hace un tiempo que tienes en el tintero dirigir una película basada en un cuento de Fontanarrosa. ¿En qué está eso?
-Sí, “El asombrado”, la historia de un hombre que no tiene sombra. Yo creo que si sigo dejando pasar el tiempo voy a tener que dirigirla y nada más. Yo le conté al negro que quería hacer una película. Y él me dijo: hace lo que quieras. “El asombrado” es tuyo. Y que él te de carta blanca es impagable.
-Hablemos del amor. ¿Estamos condenados a buscarlo o crees que existe?
-Galeano dice que uno mira el horizonte y siempre quiere llegar hasta allí. Pero uno sigue caminando y éste sigue estando lejos. Las utopías sirven para eso, para caminar. Quiero decir que yo no creo que veamos ni el amor, ni el país ni el mundo que queremos ver. Pero quiero transmitirles a mis hijos la necesidad de buscar. No para que lo encuentren, sino para tener una actitud ante la vida.
-¿Lo mismo con las mujeres?
-Ustedes son la utopía más difícil. Son complicadas. Pero son imprescindibles para lo bueno y lo malo.
-Pero Subiela dice que nunca se encuentra a la que vuela…
-No, claro. Es otra utopía en busca de la cual uno avanza. En el caso de la película de Subiela, el tipo andaba por ahí traficando poesía, tratando de alcanzar a la que volara.
-¿Y tienes una cama como la de Oliverio?
-(Risas) No. Pero a mí me han apretado el botón más de una vez. Nos divertimos mucho haciendo esas películas con Eliseo (Subiela). Contrariamente a lo que la gente piensa, que él es un tipo muy sesudo e intelectual y yo también, nos matábamos de la risa. Que un poeta que recita a Benedetti o a Girondo diga “voy a darle de comer a la nutria”, suena muy gracioso.
-¿Y cómo te llevas con la muerte?
-No tengo ninguna relación ni quiero tenerla. Prefiero a Nacha Guevara (risas). No le tengo miedo, sino pánico. A la mía y a la de otros. Y eso porque quiero seguir viviendo.
-Pero la mayoría de las películas que haces hablan de muerte, tristeza, nostalgia…
-Sí, bueno. Será para exorcizar…

miércoles, 11 de julio de 2007

Nieve en las venas...


Tienes nieve en las venas. Tu corazón está empañado. Tus pupilas grises.
Hoy te vi llorar en el concierto de Gepe. No salían lágrimas de tus ojos, pero tu mente parecía atascarse en cascadas de melancolía. Te imaginé bailando "Zorba el Griego" junto a tu padre. Arrimado a sus zapatillas como un niño. Recostado sobre su barriga. Repasando su biografía como en "El gran pez" de Tim Burton. "Todo va a estar bien, amor" te dije al oído. No nos convertiremos en polvo, todavía...